NUESTRA FILOSOFÍA
LIFFA CLUB es la continuidad del Torneo de Fútbol conocido como LIFFA (Liga Fernandina de Fútbol Amateur).
La Filosofía del Club tiene mucho que ver con la Filosofía y Valores que pregonó el Torneo de LIFFA desde sus comienzos en el 2008.
Si bien ahora se han agregado otros deportes al CLUB, aquí podrán encontrar algunas de las reflexiones e ideas que movieron y motivaron a LIFFA desde el principio.
El fútbol es más que un deporte, y en nuestro país es sinónimo de identidad, tradición y pasión.
Jugamos y vemos fútbol desde que tenemos memoria y hasta que nuestros físicos lo permiten.
Nuestros abuelos patearon una pelota, al igual que nuestros padres, nosotros y nuestros hijos
VALORES Y DEPORTE
De nuestra parte el enfoque sobre valores y deporte, lo hacemos desde la experiencia desarrollada en nuestra
actividad que se relaciona con el deporte amateur, más específicamente fútbol.
Nosotros abordamos la temática desde un enfoque filosófico totalmente existencialista. Donde cada
individuo es totalmente responsable de sus actos.
En un mundo cada vez mas globalizado, donde la tendencia nos lleva a perder la individualidad, donde las decisiones
se toman en base a promedios, nosotros apostamos al trabajo a escala humana. Escala individual.
Estamos convencidos que los cambios surgen en base a las decisiones que toma cada persona y a como eso
repercute en el colectivo. El cambio es de abajo hacia arriba, de menor a mayor, de individuo a colectivo, y no a la
inversa.
El efecto contagio que tienen las buenas acciones de un individuo en un grupo, sostenidas en el tiempo, es
directamente proporcional al mejoramiento de las relaciones en el grupo. Una sola buena acción en un
colectivo, hace al colectivo una acción mejor.
Creemos que los valores se fomentan de a uno. El desierto está formado por arena, en una primera mirada la
arena es un único manto, sin embargo la arena es un colectivo de millones de pequeños granos que
generan esa unidad.
Pasa lo mismo con la vida en sociedad.
La sociedad es el reflejo de esos miles de individuos y sus características. Por eso insistimos que el cambio y
el mejoramiento de nuestra sociedad se logra en base a la evolución de cada individuo y éstos hacen
evolucionar al colectivo por efecto rebote.
En LIFFA tenemos como principal valor el RESPETO AL OTRO.
Pensamos que ese valor es el que sostiene y potencia a todos los demás.
Si respeto al otro, no empleo violencia hacia él, por lo tanto no seré violento.
Si respeto al otro, respetaré su espacio, por lo tanto eso me lleva a compartir.
Si respeto al otro, puedo escucharlo, por lo tanto tendré la posibilidad de entenderlo.
Si respeto al otro, genero una buena relación, por lo tanto probablemente el otro también me respete.
Si respeto al otro, no mentiré en algo que nos involucre, por lo tanto seré sincero.
Rousseau decía ¨el hombre es bueno por naturaleza¨.
Compartimos ese pensamiento, la realidad y las circunstancias lo llevan a veces a tomar decisiones que van en contra
del interés común y pacifico del colectivo.
El estado natural del ser humano es el de la paz antes que la guerra.
El diálogo antes que la discusión.
El vivir en sociedad antes que el aislamiento.
Somos seres gregarios por naturaleza y eso naturalmente nos lleva a tener que respetar al otro, porque sin eso no
podríamos cohabitar en el mismo espacio.
El Deporte en general y el fútbol en nuestro caso ya que es donde hemos desarrollado y experimentado en
mayor medida en esta temática, es un espacio ideal para generar y Fortalecer Valores.
Tiene el poder de igualar.
Dentro del campo de juego somos todos iguales. Pueden diferenciarnos nuestras habilidades o talentos, pero cada
uno tiene una tarea distinta que hace imprescindible el aporte de todos. No importa el nivel socio-económico-
cultural del jugador, en el juego todos valemos lo mismo y nos subordinamos a las mismas reglas.
Tiene el poder de unirnos en busca de un objetivo común.
La búsqueda del logro, hace que lo individual quede en segundo plano. El ¨NOSOTROS¨ antes que el ¨YO¨.
En un deporte colectivo, cuando se logra la victoria ganamos todos, cuando no se logra perdemos todos.
Tiene el poder de hacernos respetar una reglamentación que está por encima de un deseo personal.
Partiendo del respeto por las reglas del juego. Algo tan simple como llevar un balón con los pies sin utilizar las
manos, demuestra que respetamos las reglas desde lo más básico y sin pensarlo o cuestionarlo. Las
reglas del juego quedan en nuestro subconsciente y nuestros actos dentro de un campo de juego son dominados por
este conjunto de reglas.
Tiene el poder de subordinarnos al juicio de un tercero.
Esto en sí mismo es un acto de humildad. Sin importar que piense un individuo respecto a una
situación de juego en particular, accede a aceptar la decisión de un tercero, el ARBITRO.
Tiene el poder de generar hábitos saludables.
El simple hecho de desarrollar una actividad deportiva nos acerca a un estilo de vida más sano. No nos hace
ser 100% saludables, pero nos hace ser más saludables. Una vida llevada en plenitud saludable, está
compuesta de un collar de cientos de hábitos saludables. El deporte es uno de ellos.
Cuando queremos mejorar nuestra capacidad física para desarrollar la actividad deportiva de una mejor
manera, esto lleva indudablemente a generar otros hábitos saludables como mejorar la alimentación,
no fumar, evitar excesos, aumentar la periodicidad de los entrenamientos, acceder a técnicas de
entrenamiento que repercuten en un mejor conocimiento de nuestro cuerpo.
Por lo tanto el deporte es uno de los principales impulsores de hábitos saludables.
Tiene el poder de generar felicidad o estados de disfrute y euforia.
Está científicamente
comprobado que la actividad deportiva hace que nuestro cerebro libere endorfinas, un químico que
está asociado al estado de ¨felicidad¨. Por lo tanto el deporte es el mejor aliado para naturalmente combatir el
stress o estados de depresión y tristeza.
Tiene el poder de llevarnos a estados de conciencia relacionados con nuestra infancia.
El hecho que adultos disfruten del deporte como un juego, en cierta forma es una regresión a momentos de
nuestra niñez cuando disfrutábamos del juego por el juego mismo, un estado de pureza emocional. Sin
recompensas, ni vencedores ni vencidos. Patear al arco solo por patear. Pasarle la pelota al compañero solo
por pasarla.
En lo que respecta al deporte a nivel amateur, nosotros apostamos a fomentar al máximo el lado lúdico
del juego.
Cuando estamos en un estado de ¨jugar¨ nuestras mentes y cuerpos se mimetizan con un estado de disfrute y
felicidad. Esto sin dudas lleva a que el juego se tome simplemente como un momento de goce y reduce las
posibilidades de reacciones violentas, discusiones y también el extralimitarse en las capacidades
físicas que se poseen para el desarrollo de la actividad deportiva. Bajando el nivel de competencia o
agregando pequeños cambios a las reglas del juego, fomentamos lo lúdico.
Cuando el individuo ¨juega¨, no fuerza su cuerpo a extremos para los cuales no está preparado.
Por otra parte y en lo que respecta a la violencia que en algunos casos rodea al fútbol en, tenemos
una máxima que repetimos como mantra una y otra vez ¨EL FUTBOL NO ES SINONIMO DE
VIOLENCIA¨.
Entendemos que nos hemos transformado en una sociedad violenta, y el Fútbol por estar insertado en la
sociedad, no escapa a ello.
El fútbol es el deporte más popular, más pasional y más arraigado en la sociedad
uruguaya. Por lo tanto despierta mucha pasión y conductas en algunos casos impropias.
En este sentido estamos absolutamente convencidos que hay dos caminos que deben transitarse en paralelo y al
unísono.
TOLERANCIA CERO A LA VIOLENCIA
Reglas claras que sancionen la violencia en todos sus tipos, física-gestual-sicológica-verbal-
individual-colectiva.
En esto debe haber un compromiso total de todos los actores. Aplicar todas las sanciones que correspondan en cada
acto de violencia. Actuar con transparencia.
No permitir que las sanciones cambien dependiendo de quienes son los violentos.
Sancionar tanto a los poderosos como a los débiles, a los que tienen antecedentes y a los que no.
NO debe haber ningún tipo de excepción. Si hay violencia hay sanción.
No hay absolutamente NADA que pueda justificar la violencia en un deporte, sea como espectador o como
partícipe directo.
EDUCACION EN VALORES
Educar desde el ejemplo y utilizando el deporte como medio para fortalecer y adquirir valores.
A través del deporte se pueden cambiar hábitos y conductas que no son compatibles con el colectivo
y son dañinas para el individuo.
Podemos trabajar sobre el respeto a las reglas, aceptar los límites, compartir, buscar objetivos comunes,
cuidar nuestro cuerpo.
Son necesarios más Programas desde lo público y desde lo privado, que fomenten el Deporte como
Gran Generador de Valores y Hábitos Saludables.
En todos los grupos etarios y condiciones socio-económicas.
Adaptando el Deporte y sus reglas al entorno donde se desarrolle y la capacidad de quienes lo practican.
REFLEXION
Debemos dejar de pensar en ¨ellos y nosotros¨ y empezar a concebir nuestro lugar, nuestro barrio, nuestro
país desde el TODOS.
Pensamos que somos muchos, pero en realidad somos muy pocos.
Tenemos todo para ser un ejemplo de superación, evolución y convivencia.
Además somos sumamente afortunados por el lugar geográfico donde se ubica el Uruguay, libre de
guerras, limitantes topográficas y grandes desastres naturales.
Es hora de ser los forjadores de nuestro destino como COLECTIVO, dejar de avanzar solamente por inercia o por el
modelo ajeno. Comenzar a comprometernos realmente con una causa nacional de evolucionar como sociedad.
Empezando por los actos individuales de cada uno de nosotros tanto en lo privado como en lo público.
Ser agentes de cambio.
Cada acto individual hacia el bienestar común, lleva ineludiblemente al bienestar común.
Mirar hacia atrás no con nostalgia, sino para saber quiénes somos y de dónde venimos.
Aprender de nuestra experiencia como sociedad. De los aciertos y los errores.
Resaltar los ideales sobre los cuales se basó históricamente nuestro estado de derecho.
El Uruguay que forjaron nuestros abuelos; solidario, pujante, con valores, respetuoso, cooperativo, inclusivo, con
oportunidades para todos, con acceso a la educación de calidad, comprometido, honesto, piadoso,
condescendiente.
Entender que el simple hecho de estar vivos nos genera la obligación de tratar que este lugar sea un sitio
mejor.
No estar solo de paso, asumir un compromiso hacia las generaciones próximas.